miércoles, 9 de abril de 2008

I'm not Licked


Como periodistas, tenemos la posibilidad de arruinar, si es que queremos, la vida de alguien o, en caso contrario, glorificársela. Y todo esto mediante la noticia. Este conjunto de palabras basta para provocar un punto polémico que luego se convertirá en una erupción de “cahuines y chismes” que apenas esperan por salir de la boca de nuestros siempre atentos e instruidos “opinólogos”.


En un caso como los de ésos, se vio involucrado Mr. Smith, un joven senador norteamericano, idealista y con una moral sublime, que tropieza con oscuros intereses creados cuando presenta en el senado una moción intrascendente. En ese momento entra en juego la labor de los medios, los que pertenecen a un poderoso hombre, enfrentado por este inexperto y cachorro senador. Y la misión de tan poderosa arma será nada más y nada menos que denigrar, arruinar, incriminar y ensuciar la vida de este inocente monitor de boy scouts.


Digan lo que digan, los periódicos y emisoras del magnate al que ha osado contrariar, van a insistir en atribuirle mentira tras mentira. No importa que no exista base para ello: si hace falta inventar pruebas o manipular datos, se inventan y se manipulan. Lo esencial es que, cueste lo que cueste, el señor Smith y su carrera política deben quedar enterrados para siempre en el cementerio del oprobio.


Sin embargo, no ensuciemos ni critiquemos más a nuestro hermoso periodismo o, para ser más específicos, a nuestra noticia. Que así como se encargó de acusar de farsante y mentiroso al señor Smith, también pudo limpiar el nombre de a quien alguna vez le dijeron «Este sitio no es para ti, porque tú eres medio decente».

Artigos Relacionados

1 comentarios:

Arturo Santanac dijo...

huena loco.
tu soi el loco de la ora vez o no soi na el loco de la otra vez.
esa vez en que tocaron esos locos que parecian locos tocando rocanrol.

14 de abril de 2008, 20:03