viernes, 30 de mayo de 2008

Onanismo


N
adie sabe mejor que yo lo que es el amor. Obvio, pues te amé a ti. Aquéllos que me conocen, o dicen conocerme, piensan que no soy una persona romántica, que sólo puedo llegar a amarme a mí mismo ¡Supieran ahora que sí! que amé toda mi vida. Ahora que tengo la oportunidad de contarlo, más bien la última posibilidad de hacerlo, pues las llamas empiezan a quemar este hermoso rostro. Si bien tú me tocabas, me acariciabas, dormíamos juntos, me amabas tanto como yo a ti; jamás me gemiste al oído, como muchas otras lo hicieron. Jamás pudiste darme lo que Pía, Agustina, Ignacia, Javiera, Lupe e incluso Catalina me hicieron sentir mientras desgarrábamos nuestras pieles en la cama. Sabes que cuando no estaba contigo besaba a otras, pero no te importaba, te sentías mejor aun.


Me encantaba tu manía de todas aquellas veces que estábamos solos: desabrocharme el pantalón y jugar. Sólo tú sabías lo que a mi me gustaba, lo que me excitaba y lo que no. Fuiste la primera persona -y ahora la última- en hacerme sentir cosas que nunca antes había sentido.


Aunque debo confesarte algo, probablemente ya lo sepas, qué más da que lo diga ahora, pues, para cuando leas esto, yo estaré muriendo, desfigurándome por las llamas: te engañé, te engañé millones de veces y sabes qué, no me arrepiento. Te engañé desde los quince años, hasta hace una hora mientras hacía el amor con Valeria. Tú eras sólo una cara bonita, hermosa por cierto, sin embargo, ahora miro el espejo en el suelo y sé que ésta será la última vez que la vea.


[Para los que quieran la versión del video de Ella]

lunes, 12 de mayo de 2008

Two of us.



P
ues es con estas canciones con las que tengo los mejores recuerdos de mi vida, aquellos días domingos por la mañana en que mi padre ponía el Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band en casettes, y yo me tiraba en el sofá del living escuchando con mucha atención los temas y preguntandole a papá que significaban las letras. Luego de un tiempo ya sabía que canción venía despues de otra y tambien tarareaba un tímido obladi oblada, eran buenos tiempos aquellos todo era más simple, y los problemas se solucionaban con las psicodelicas canciones de Harrison.
Los fab four inundaban mi casa, los sonidos indues de Whitin You, Whitout You, entraban revoloteando en mi cabeza. En los almuerzos mi padre me contaba la historia del día en que Lennon murió, su desayuno y la solitaria lagrima que calló. En la tarde nos sentabamos en el sofá y mientras escuchabamos la alegre melodía de When I'm Sixty-Four, nos comentaba los mitos acerca de la supuesta muerte de McCartney o de las siglas LSD en Lucy in the Sky whit Daimond. Sin duda, el cuarteto ingles vivía en mi casa por aquellos días, no sólo era tema de conversación, era la banda sonora de nuestras vidas.